Basílica de San Pedro del Vaticano – Horarios, Entradas, la Cupula de San Pedro

St. Peter's Basilica, Piazza San Pietro, Città del Vaticano, Vatikan

Pagina de santuario

+39 06 69 88 23 50

Todos los dias: Desde octubre hasta marzo: de 7:00 a 18:30 horas. Desde abril hasta septiembre: de 7:00 a 19:00 horas. La cúpula abre una hora después y cierra una hora antes.

La basílica papal de San Pedro es una de las cuatro basílicas mayores y una de las iglesias que se deben visitar en el peregrinaje de Roma. En la tradición católica, la basílica se encuentra situada sobre el lugar de entierro de san Pedro, que fue uno de los doce apóstoles de Jesús de Nazaret, primer obispo de Antioquía, primer obispo de Roma y, por lo tanto, el primero de los pontífices.

La Cupula de San Pedro

Una de las cosas que más llaman la atención de la basílica es su increíble cúpula. Fue iniciada por Miguel Ángel, Giacomo Della Porta continuó con el trabajo y Carlo Maderno la remató en 1614.

La cúpula de la Basílica de San Pedro ha servido de inspiración para otros proyectos posteriores, como la Catedral de San Pablo de Londres y el Capitolio de Washington.

Basílica de San Pedro

La desaparición de la basílica constantiniana fue gradual. Desde la primera decisión de Nicolás V Parentucelli de ampliar y restaurar la antigua basílica en la segunda mitad del Quattrocento, encargando a Rossellino, hasta la conclusión del nuevo edificio con la inauguración de la fachada (1612), transcurrieron poco más de 150 años.

Un período de tiempo bastante largo en apariencia pero comprensible si se piensa en la enorme mole de trabajo y en los constantes cambios de proyectos que hubo. Estudiar la génesis de la Basílica de San Pedro equivale a conocer la historia de la evolución del pensamiento y del arte en las distintas épocas históricas.

Entradas Basilica de San Pedro

La entrada a la basílica es gratuita.

Subida a la cúpula:

  • Ascensor hasta la terraza y 320 escalones a pie: 8€.
  • Subida a pie (551 escalones): 6€.
Saint Peter's Basilica

St. Peters Basilica

A lo largo de los más de 150 años necesarios para las obras de la Basílica, los artistas más famosos de la época se alternaron en la dirección de la “Fábrica de San Pedro”: desde Rafael Sanzio, que hacia 1514 optó por transformar en una cruz latina la estructura de cruz griega del edificio proyectado por Bramante, hasta Antonio da Sangallo el Joven y a Miguel Ángel que, bajo el pontificado de Paulo III, decidió retomar el proyecto original de cruz griega, diseñó la cúpula y siguió los trabajos personalmente hasta su muerte, en 1564. En los treinta años sucesivos, primero fue nombrado el Vignola para dirigir la “Fábrica de San Pedro”, y luego los arquitectos Giacomo Della Porta y Domenico Fontana, a quien se debe el mérito de haber llevado a cabo, hacia 1588, el proyecto miguelangelesco de la cúpula.

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La Basílica de San Pedro alcanzó su aspecto actual gracias a la intervención de Carlo Maderno, que retomó la estructura basilical de cruz latina, y definió el aspecto escenográfico de la fachada.

Los trabajos de la basílica terminaron en 1626 y consagrada solemnemente bajo el pontificado de Urbano VIII. Entre 1656 y 1667, por voluntad de Alejandro VII, Bernini proyectó y realizó el monumental pórtico de columnas de la Plaza de San Pedro, colocando en su centro el obelisco del siglo I a.C., situado originariamente, en el centro del circo de Calígula, lugar del martirio de san Pedro. En 1585, el obelisco fue trasladado por Domenico Fontana y colocado en el lugar actual, siguiendo órdenes del papa Sixto V.

Saint Peter's Basilica

La Basílica de San Pedro posee una capacidad de 20.000 fieles. Mide unos 190 metros de largo, el ancho de las tres naves es de 58 metros, la nave central tiene 45,50 metros de altura, hasta la cima de la bóveda, la cúpula alcanza unos 136 metros de altura hasta la cruz; el interior, caracterizado por grandiosas decoraciones en mosaico, constituye el precioso joyero que custodia algunas de las más célebres obras de arte del mundo, como el Baldaquino de Bernini y la estatua de la Piedad de Miguel Ángel.

Interior de la Basílica de San Pedro

El atrio (que corresponde al antiguo pórtico de las basílicas paleocristianas), realizado en los años 1608-1612, está considerado como una de las obras más valiosas de Carlo Maderno. El portal central, obra del escultor florentino Antonio Averulino llamado Filarete, tiene fecha 1455, y fue traído aquí de la antigua iglesia constantiniana: en él, entre otros, están representados San Pedro y San Pablo y, en la parte inferior, sus martirios. A la derecha, se encuentra la Puerta Santa, en bronce, obra del escultor Vico Consorti en 1950: cada Jubileo la puerta se abre ante la presencia del Papa. En el lateral izquierdo del vestíbulo se encuentra el monumento ecuestre que representa a Carlomagno, obra de Agostino Cornacchini (1725), y en el lateral derecho, la estatua del emperador Constantino a caballo, hecha por Bernini en 1670.

La estructura del interior, con planta de cruz latina, se debe a la intervención de Maderno que, a partir de 1600, llevó a cabo la construcción de la basílica y realizó las tres alas de la nave central y las dos naves laterales, logrando crear un conjunto unitario con el núcleo miguelangelesco del octágono central. Es un espacio grandioso, inmenso, decorado con gran cantidad de estucos, mosaicos y estatuas de estilo netamente barroco, donde el visitante se siente casi turbado por las sensaciones: sería necesario detenerse un momento para acostumbrarse a estas enormes dimensiones, evaluables, por ejemplo, comparando la altura de una persona con la de las “pilas de agua bendita” y de los putti (angelotes) que las sostienen.

Saint Peter's Basilica

La iglesia tiene 187 metros de largo; el ancho entre las naves laterales mide 58 metros y 140 en el crucero; la altura máxima de la bóveda en la nave central es de 46 metros (¡como un edificio de 15 plantas!). Para realizar una visita apropiada de la basílica se sugiere recorrer primero el espacio central hasta el punto donde el pavimento indica el largo de las iglesias más grandes del mundo, y desde allí pasar a la nave lateral más cercana a la puerta de entrada. Recorren la nave central grandes pilastras acanaladas y “rudentate” (o sea con la parte inferior de las estrías llena), entre las que se abren hornacinas con 39 figuras de santos fundadores de órdenes y congregaciones religiosas. El cielo (o techo) presenta estucos dorados realizados en 1780, bajo Pío VI.

En la nave de la derecha, mirando hacia el altar, hay numerosas obras de gran valor religioso y artístico. En la primera capilla, protegida por un cristal espeso, es posible ver la Piedad, obra maestra de Miguel Ángel, realizada en1499 cuando apenas contaba 24 años de edad.

Misas en la Basilica de San Pedro:

  • 9.00
  • 10.00
  • 11.00
  • 12.00
  • 17.00

Domingos y festivos: 

  • 9.00
  • 10.30
  • 11.30
  • 12.15
  • 13.00
  • 16.00
  • 17.30

Plaza de San Pedro

Realizada por Bernini en los años 1656-1667, durante el reinado del papa Alejandro VII (1655-1667), está compuesta por dos partes: un primer espacio trapezoidal, delimitado por los dos brazos rectilíneos cerrados y convergentes que flanquean el sagrato, y un segundo espacio de forma elíptica, limitado por dos hemiciclos de la cuádruple columnata, para expresar el dicho del mismo Bernini, “siendo la Iglesia de San Pedro madre de todas las otras, su pórtico debía brindar una acogida maternal, de brazos abiertos, a los católicos, para confirmarlos en la fe, a los heréticos para reunirlos en la Iglesia y a los infieles para iluminarlos con la fe verdadera”.

El proyecto originario de Bernini preveía un tercer brazo porticado como cierre de la plaza, pero la muerte de Alejandro VII interrumpió las obras y quedó sin realizar. Esta solución, que habría cerrado todo el complejo y separado la elipse del Borgo creando un efecto sorpresa en el peregrino que llegaba a la plaza, en parte fue logrado mediante el tejido urbano del entorno, la llamada “Spina di Borgo”, que cierraba la Plaza. En 1950, con la apertura de la vía de la Conciliación en el lugar de la Spina di Borgo, se construyó una calle nueva y amplia de acceso a la basílica vaticana, exaltando la vista majestuosa de la cúpula de San Pedro, y modificando profundamente el proyecto de Bernini.

Saint Peter's Basilica

Las medidas de la plaza son extraordinarias: tiene 320 metros de profundidad y un diámetro central de 240 metros, rodeada por 4 hileras formadas por 284 columnas y 88 pilastres.

La balaustrada sobre las columnas está coronada por 140 estatuas de santos, de 3,20 metros de altura cada una, realizada hacia 1670 por discípulos de Bernini.

A los lados del obelisco, trasladado al centro de la plaza por Domenico Fontana, en 1585, se pueden ver dos grandes fuentes de Bernini (1675) y de Maderno (1614). En la parte baja, a los pies de la escalinata, las estatuas de San Pedro y San Pablo dan la bienvenida a los fieles.

De gran interés es la Escalera Regia que comunica la plaza con los Palacios Vaticanos, y que el mismo Bernini considerara “… la cosa menos fea que he hecho”. Realizada entre los años 1662 y 1666, parece mucho más larga de sus 60 metros reales, gracias a la aplicación de algunos recursos de perspectiva, como por ejemplo, la disminución de la distancia entre las columnas del fondo.

Historia

Durante la gran persecución del año 64 d.C. contra los cristianos emprendida por Nerón contra los cristianos, en el escenario del circo de Calígula, San Pedro sufrió el martirio, fue crucificado y sepultado en la tierra, como se lee en elLiber Pontificalis (I,118): “via Aurelia (…) iuxta palatium Neronianum, in Vaticanum” [en Vaticano, sobre la vía Aurelia, frente al palacio de Nerón]. Entre los testimonios que individuaron el lugar del martirio, un párrafo de Eusebio de Cesarea (siglo IV) cita una carta escrita por Gaio a Proclo en que el presbítero invita a su amigo a Roma: “al Vaticano y sobre la vía Ostiense, encontrarás los trofeos de quienes fundaron esta Iglesia”.

Justamente por la importancia de este testimonio, el nicho del siglo II, hallado durante las excavaciones en la necrópolis vaticana que protegía la sepultura de San Pedro, recibió el nombre de “Trofeo de Gaio”. Después de la proclamación del edicto de Milán (313 d.C.) por el emperador Constantino, los cristianos tuvieron facultad para construir sus edificios de culto: el mismo Constantino, en el año 324, inició la construcción de la basílica que debía encerrar el “Trofeo di Gaio” y hacer de la tumba de Pedro el núcleo de la estructura. Consagrada en 329, la monumental basílica se presentaba como un edificio de planta longitudinal con cinco naves y crucero.

En la parte externa, una escalinata llevaba al cuadripórtico delante de la basílica, conocido también como paraíso, en cuyo centro se encontraba una fuente para las abluciones de los catecúmenos señalada con la Piña en bronce de gran tamaño, citada por Dante en la Divina Commedia (“su rostro me parecía largo y ancho/como la piña de San Pedro en Roma” Inf. 31, 58-60) y que hoy está en el homónimo patio de los Museos Vaticanos.

En esta Basílica, la noche de Navidad del año 800, Carlomagno, rey de los francos, fue coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. A esta misma Basílica, hasta comienzos de 1300 llegaban caminando miles de peregrinos de toda Europa para venerar la tumba del “príncipe de los Apóstoles”.

St Peter's Abbey Salzburg

Roma fue abandonada durante el cisma de Aviñón (1309-1377) y la basílica que tenía ya más de mil años, empezó a sufrir crecientes problemas de estabilidad y conservación. No se tienen muchos datos sobre este tema, pero se sabe que el papa Nicolás V, a mediados de 1400, encargó al arquitecto Bernardo Rossellino un proyecto que preveía un nuevo coro, fuera del ábside constantiniano, que se construyó en forma parcial, alcanzando la altura aproximada de un metro y medio. A principios de 1500, la necesidad de restaurar y reconstruir completamente San Pedro se hacía cada vez más impelente, por lo que el nuevo papa, Julio II, elegido en octubre de 1503, decidió, en 1505, encargar la obra a Donato Bramante, uno de los mejores arquitectos de ese tiempo, que se encontraba en Roma: por esta empresa, a Bramante se le dará el sobrenombre de “Maestro Ruinante” (Maestro de las ruinas).

En el museo de los Uffizi (Florencia) se conservan numerosos diseños suyos relativos a esta obra con una característica común: proponen una planta cuadrada en la que se incluye una cruz griega con cuatro ábsides sobresalientes; el cuadrado que en el espacio se transforma en un cubo, en su centro está cubierto por una cúpula hemisférica. El conjunto se inspira en una simbología precisa, “esquematizable –según una antigua tradición en especial viva en ambiente bizantino– en un cubo (la tierra) que se expande en cuatro brazos (las cuatro partes del mundo) y coronado por una cúpula (el cielo)”

El origen:

Let us remain close in the same prayer! May the Lord bless you abundantly!

Plaza de San Pedro

Realizada por Bernini en los años 1656-1667, durante el reinado del papa Alejandro VII (1655-1667), está compuesta por dos partes: un primer espacio trapezoidal, delimitado por los dos brazos rectilíneos cerrados y convergentes que flanquean el sagrato, y un segundo espacio de forma elíptica, limitado por dos hemiciclos de la cuádruple columnata, para expresar el dicho del mismo Bernini, “siendo la Iglesia de San Pedro madre de todas las otras, su pórtico debía brindar una acogida maternal, de brazos abiertos, a los católicos, para confirmarlos en la fe, a los heréticos para reunirlos en la Iglesia y a los infieles para iluminarlos con la fe verdadera”.

El proyecto originario de Bernini preveía un tercer brazo porticado como cierre de la plaza, pero la muerte de Alejandro VII interrumpió las obras y quedó sin realizar. Esta solución, que habría cerrado todo el complejo y separado la elipse del Borgo creando un efecto sorpresa en el peregrino que llegaba a la plaza, en parte fue logrado mediante el tejido urbano del entorno, la llamada “Spina di Borgo”, que cierraba la Plaza. En 1950, con la apertura de la vía de la Conciliación en el lugar de la Spina di Borgo, se construyó una calle nueva y amplia de acceso a la basílica vaticana, exaltando la vista majestuosa de la cúpula de San Pedro, y modificando profundamente el proyecto de Bernini.

Las medidas de la plaza son extraordinarias: tiene 320 metros de profundidad y un diámetro central de 240 metros, rodeada por 4 hileras formadas por 284 columnas y 88 pilastres.

La balaustrada sobre las columnas está coronada por 140 estatuas de santos, de 3,20 metros de altura cada una, realizada hacia 1670 por discípulos de Bernini.

A los lados del obelisco, trasladado al centro de la plaza por Domenico Fontana, en 1585, se pueden ver dos grandes fuentes de Bernini (1675) y de Maderno (1614). En la parte baja, a los pies de la escalinata, las estatuas de San Pedro y San Pablo dan la bienvenida a los fieles.

De gran interés es la Escalera Regia que comunica la plaza con los Palacios Vaticanos, y que el mismo Bernini considerara “… la cosa menos fea que he hecho”. Realizada entre los años 1662 y 1666, parece mucho más larga de sus 60 metros reales, gracias a la aplicación de algunos recursos de perspectiva, como por ejemplo, la disminución de la distancia entre las columnas del fondo.

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Entradas Basilica de San Pedro

La entrada a la basílica es gratuita.

Subida a la cúpula:

  • Ascensor hasta la terraza y 320 escalones a pie: 8€.
  • Subida a pie (551 escalones): 6€.

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Misas:

  • 9.00
  • 10.00
  • 11.00
  • 12.00
  • 17.00

Domingos y festivos: 

  • 9.00
  • 10.30
  • 11.30
  • 12.15
  • 13.00
  • 16.00
  • 17.30

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Basílica de San Pedro

La desaparición de la basílica constantiniana fue gradual. Desde la primera decisión de Nicolás V Parentucelli de ampliar y restaurar la antigua basílica en la segunda mitad del Quattrocento, encargando a Rossellino, hasta la conclusión del nuevo edificio con la inauguración de la fachada (1612), transcurrieron poco más de 150 años.

Un período de tiempo bastante largo en apariencia pero comprensible si se piensa en la enorme mole de trabajo y en los constantes cambios de proyectos que hubo. Estudiar la génesis de la Basílica de San Pedro equivale a conocer la historia de la evolución del pensamiento y del arte en las distintas épocas históricas.

Entradas Basilica de San Pedro

La entrada a la basílica es gratuita.

Subida a la cúpula:

  • Ascensor hasta la terraza y 320 escalones a pie: 8€.
  • Subida a pie (551 escalones): 6€.
Saint Peter's Basilica

St. Peters Basilica

A lo largo de los más de 150 años necesarios para las obras de la Basílica, los artistas más famosos de la época se alternaron en la dirección de la “Fábrica de San Pedro”: desde Rafael Sanzio, que hacia 1514 optó por transformar en una cruz latina la estructura de cruz griega del edificio proyectado por Bramante, hasta Antonio da Sangallo el Joven y a Miguel Ángel que, bajo el pontificado de Paulo III, decidió retomar el proyecto original de cruz griega, diseñó la cúpula y siguió los trabajos personalmente hasta su muerte, en 1564. En los treinta años sucesivos, primero fue nombrado el Vignola para dirigir la “Fábrica de San Pedro”, y luego los arquitectos Giacomo Della Porta y Domenico Fontana, a quien se debe el mérito de haber llevado a cabo, hacia 1588, el proyecto miguelangelesco de la cúpula.

La Basílica de San Pedro alcanzó su aspecto actual gracias a la intervención de Carlo Maderno, que retomó la estructura basilical de cruz latina, y definió el aspecto escenográfico de la fachada.

Los trabajos de la basílica terminaron en 1626 y consagrada solemnemente bajo el pontificado de Urbano VIII. Entre 1656 y 1667, por voluntad de Alejandro VII, Bernini proyectó y realizó el monumental pórtico de columnas de la Plaza de San Pedro, colocando en su centro el obelisco del siglo I a.C., situado originariamente, en el centro del circo de Calígula, lugar del martirio de san Pedro. En 1585, el obelisco fue trasladado por Domenico Fontana y colocado en el lugar actual, siguiendo órdenes del papa Sixto V.

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Saint Peter's Basilica

La Basílica de San Pedro posee una capacidad de 20.000 fieles. Mide unos 190 metros de largo, el ancho de las tres naves es de 58 metros, la nave central tiene 45,50 metros de altura, hasta la cima de la bóveda, la cúpula alcanza unos 136 metros de altura hasta la cruz; el interior, caracterizado por grandiosas decoraciones en mosaico, constituye el precioso joyero que custodia algunas de las más célebres obras de arte del mundo, como el Baldaquino de Bernini y la estatua de la Piedad de Miguel Ángel.

Interior de la Basílica de San Pedro

El atrio (que corresponde al antiguo pórtico de las basílicas paleocristianas), realizado en los años 1608-1612, está considerado como una de las obras más valiosas de Carlo Maderno. El portal central, obra del escultor florentino Antonio Averulino llamado Filarete, tiene fecha 1455, y fue traído aquí de la antigua iglesia constantiniana: en él, entre otros, están representados San Pedro y San Pablo y, en la parte inferior, sus martirios. A la derecha, se encuentra la Puerta Santa, en bronce, obra del escultor Vico Consorti en 1950: cada Jubileo la puerta se abre ante la presencia del Papa. En el lateral izquierdo del vestíbulo se encuentra el monumento ecuestre que representa a Carlomagno, obra de Agostino Cornacchini (1725), y en el lateral derecho, la estatua del emperador Constantino a caballo, hecha por Bernini en 1670.

La estructura del interior, con planta de cruz latina, se debe a la intervención de Maderno que, a partir de 1600, llevó a cabo la construcción de la basílica y realizó las tres alas de la nave central y las dos naves laterales, logrando crear un conjunto unitario con el núcleo miguelangelesco del octágono central. Es un espacio grandioso, inmenso, decorado con gran cantidad de estucos, mosaicos y estatuas de estilo netamente barroco, donde el visitante se siente casi turbado por las sensaciones: sería necesario detenerse un momento para acostumbrarse a estas enormes dimensiones, evaluables, por ejemplo, comparando la altura de una persona con la de las “pilas de agua bendita” y de los putti (angelotes) que las sostienen.

Saint Peter's Basilica

La iglesia tiene 187 metros de largo; el ancho entre las naves laterales mide 58 metros y 140 en el crucero; la altura máxima de la bóveda en la nave central es de 46 metros (¡como un edificio de 15 plantas!). Para realizar una visita apropiada de la basílica se sugiere recorrer primero el espacio central hasta el punto donde el pavimento indica el largo de las iglesias más grandes del mundo, y desde allí pasar a la nave lateral más cercana a la puerta de entrada. Recorren la nave central grandes pilastras acanaladas y “rudentate” (o sea con la parte inferior de las estrías llena), entre las que se abren hornacinas con 39 figuras de santos fundadores de órdenes y congregaciones religiosas. El cielo (o techo) presenta estucos dorados realizados en 1780, bajo Pío VI.

En la nave de la derecha, mirando hacia el altar, hay numerosas obras de gran valor religioso y artístico. En la primera capilla, protegida por un cristal espeso, es posible ver la Piedad, obra maestra de Miguel Ángel, realizada en1499 cuando apenas contaba 24 años de edad.

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Historia

Durante la gran persecución del año 64 d.C. contra los cristianos emprendida por Nerón contra los cristianos, en el escenario del circo de Calígula, San Pedro sufrió el martirio, fue crucificado y sepultado en la tierra, como se lee en elLiber Pontificalis (I,118): “via Aurelia (…) iuxta palatium Neronianum, in Vaticanum” [en Vaticano, sobre la vía Aurelia, frente al palacio de Nerón]. Entre los testimonios que individuaron el lugar del martirio, un párrafo de Eusebio de Cesarea (siglo IV) cita una carta escrita por Gaio a Proclo en que el presbítero invita a su amigo a Roma: “al Vaticano y sobre la vía Ostiense, encontrarás los trofeos de quienes fundaron esta Iglesia”.

Justamente por la importancia de este testimonio, el nicho del siglo II, hallado durante las excavaciones en la necrópolis vaticana que protegía la sepultura de San Pedro, recibió el nombre de “Trofeo de Gaio”. Después de la proclamación del edicto de Milán (313 d.C.) por el emperador Constantino, los cristianos tuvieron facultad para construir sus edificios de culto: el mismo Constantino, en el año 324, inició la construcción de la basílica que debía encerrar el “Trofeo di Gaio” y hacer de la tumba de Pedro el núcleo de la estructura. Consagrada en 329, la monumental basílica se presentaba como un edificio de planta longitudinal con cinco naves y crucero.

En la parte externa, una escalinata llevaba al cuadripórtico delante de la basílica, conocido también como paraíso, en cuyo centro se encontraba una fuente para las abluciones de los catecúmenos señalada con la Piña en bronce de gran tamaño, citada por Dante en la Divina Commedia (“su rostro me parecía largo y ancho/como la piña de San Pedro en Roma” Inf. 31, 58-60) y que hoy está en el homónimo patio de los Museos Vaticanos.

En esta Basílica, la noche de Navidad del año 800, Carlomagno, rey de los francos, fue coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. A esta misma Basílica, hasta comienzos de 1300 llegaban caminando miles de peregrinos de toda Europa para venerar la tumba del “príncipe de los Apóstoles”.

Roma fue abandonada durante el cisma de Aviñón (1309-1377) y la basílica que tenía ya más de mil años, empezó a sufrir crecientes problemas de estabilidad y conservación. No se tienen muchos datos sobre este tema, pero se sabe que el papa Nicolás V, a mediados de 1400, encargó al arquitecto Bernardo Rossellino un proyecto que preveía un nuevo coro, fuera del ábside constantiniano, que se construyó en forma parcial, alcanzando la altura aproximada de un metro y medio. A principios de 1500, la necesidad de restaurar y reconstruir completamente San Pedro se hacía cada vez más impelente, por lo que el nuevo papa, Julio II, elegido en octubre de 1503, decidió, en 1505, encargar la obra a Donato Bramante, uno de los mejores arquitectos de ese tiempo, que se encontraba en Roma: por esta empresa, a Bramante se le dará el sobrenombre de “Maestro Ruinante” (Maestro de las ruinas).

En el museo de los Uffizi (Florencia) se conservan numerosos diseños suyos relativos a esta obra con una característica común: proponen una planta cuadrada en la que se incluye una cruz griega con cuatro ábsides sobresalientes; el cuadrado que en el espacio se transforma en un cubo, en su centro está cubierto por una cúpula hemisférica. El conjunto se inspira en una simbología precisa, “esquematizable –según una antigua tradición en especial viva en ambiente bizantino– en un cubo (la tierra) que se expande en cuatro brazos (las cuatro partes del mundo) y coronado por una cúpula (el cielo)”

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